Retos del retail en el siglo XXI

Retos del retail en el siglo XXI

Resulta atrevido aventurar cosas que dentro de diez años pueden no suceder, pero pese a ello, me atrevo a apuntar aquellos aspectos por los que mi apuesta es fuerte, a saber:

El producto es tu tienda

No olvides que los productos o servicios que pretendes vender están también en otras tiendas. Busca lo que te haga ser distinto a los demás. Observa lo que hacen quienes serán tus competidores. Aprende lo que hacen mal y lo que hacen bien. Si eres una comoditie, estás muerto. Cuando la gente piense en tu tienda, su nombre tiene que evocarles una oferta concreta y singular. No se trata de agradar a todo el mundo, sino sólo a los que quieres que sean tus clientes.

Pregunta a tus clientes

Pregunta a los que querrías que fueran tus clientes. Asegúrate de cuáles son las cosas a las que conceden valor y de a cuáles no se lo conceden. Piensa si alguna vez alguien te han hecho un regalo y no han acertado… O peor aún, si fuiste tú quien hizo el regalo y no acertaste… ¿Estabas pensando más en ti mismo?. Pregunta a tus clientes que quieren que les regales. Así es más difícil fallar. Y no olvides que la vida es cambio. Hoy quieren una cosa y mañana, ¿por qué no? quieren la contraria. No olvides a Heráclito. Hay que acostumbrarse a preguntar frecuentemente… y estar seguro de por qué te quieren. Si piensas que te quieren sólo por las ofertas, hay algo que estás haciendo mal…

Proponles una experiencia

Ahora que sabes lo que quieren, haz tu propuesta de valor. Hoy en día, comer en un restaurante, ir de vacaciones, salir de copas o hacer actividades de ocio infantil no son ni más ni menos que experiencias. ¿Has pensado qué experiencias tendrán en tu tienda?.

Tangibiliza tu tienda

Una vez que sabes lo que quieren, toda tu tienda tiene que ser como eso que quieren. Eso supone tangibilizarlo todo… Tu ropa dice cosas de ti, tu corte de pelo, tu aroma, tus zapatos, tu reloj, tus complementos, tu casa, tu coche, tu moto, tu bici, tu Facebook, tu Instagram, tu Linkedin… Acomoda todo y procura que sea una oferta clara y concisa. Si algún día quieres franquiciar, no podrás hacerlo de otro modo. Si por algún sitio algo no pega, se te puede venir todo abajo.

Somos omnicanal

O lo que es lo mismo, el on y off line ya son historia. No van separados, sino que el desafío consiste en que esa experiencia se halle completamente interconectada on line y en los espacios físicos.

Comunica

No hagas publicidad, promociones, relaciones públicas o merchandising… Simplemente utiliza todo eso para comunicarte con tus clientes.

¿Te preocupa tu web?. Prácticamente nadie busca ya una web. Está bien que le des importancia, pero sobre todo piensa que a ella acceden desde otros lugares. Trabaja tu posicionamiento SEO. Es orgánico y, aunque lleva tiempo, no cuesta dinero. Debes aparecer arriba en los buscadores. ¿Has ido alguna vez a la segunda página de Google?

Manifiéstate en esos otros lugares. ¿De verdad tienes que twitear sí o sí?. Quizás te interesa más Pinterest o Instagram. No te preocupes, porque como ya se lo habrás preguntado a tus clientes, ellos ya te lo dirán.

Pregúntales de que quieren que les hables, qué influencers les parecen atractivos o las cosas que te parezcan relevantes. ¿Te has fijado que la gente comparte sus salidas a cenar, sus guisos, sus postres, sus viajes, sus senderos…? ¡La gente lo comparte todo!

No olvides que el éxito radica en que ellos te compartan con sus amigos y sus familiares.

Forma

Y por último, nada de lo anterior no sirve de nada sin las personas. Tu gente, toda, debe ser el espejo de tu enseña. No olvides que como decía San Agustín, sólo se hace bien lo que se ama.


Previous: Retail trends Next: Un comercio con futuro