Regreso al pasado… sin embalajes

Regreso al pasado… sin embalajes

Una tienda de alimentación a granel, sin marcas, sin envases… solo el producto en estado puro.

Hace unos seis meses conocí un nuevo concepto de tienda en un blog de marketing, hablaba de una tienda de Berlin, Original Unverpackt, que vende alimentos a granel sin embalaje. Me pareció francamente curioso que fuese una tienda de alimentación, especializada en lo que llamamos dry food, que vende todos sus productos a granel, o sea como antes, pero mucho antes… como cuando mi bisabuela iba a la tienda de ultramarinos y compraba a granel los garbanzos o el vino de mesa.

Y, claro, se me antojó extraño este giro de 180 grados en el canal distribución, que lleva décadas haciendo todo lo contrario. Los fabricantes no hacen más que esforzarse en generar envases cada vez más atractivos y el propio canal no deja de incorporar elementos visuales en las tiendas, que si góndolas, ventanas, stoppers en lineales, todo tipo de PLV que nos podamos imaginar.

Y a pesar de ello, actualmente, en el siglo XXI, ha surgido este nuevo concepto, tiendas de alimentos a granel que abogan por un comercio sostenible, que apoyan a productores locales, que venden productos ecológicos, sin embalajes, carentes de cualquier diferenciación y cuyo máximo merchandising son los dibujos de las ventanas, las cajas de madera y las etiquetas de precios. Cuando menos, raro y diferente, pero real…

Así que, llegados a este punto, hay que preguntarse si funcionan… y parece que sí funcionan. Original Unverpackt fue de las pioneras aunque necesitó de la ayuda de un crowdfunding, al igual que Ôbocal y Vrac en Vert en Francia o Robuust en Bélgica. Los principios son difíciles, quizás no haya muchas, pero si te pones a buscar, las encuentras, no en España, pero sí en otros países donde hay un consumidor que siente un estilo de vida basado en lo auténtico, en lo sostenible, sin residuos, ecológico, comprometido

Todavía no hay ninguna por estos lares, pero puede que el día menos pensado la encontremos, porque no nos olvidemos, estamos en la era del regreso al pasado, donde lo de siempre triunfa, lo auténtico tiene más valor que nunca, lo vintage ha venido para quedarse y hasta las peluquerías de hombre vuelven a llamarse barberías… pero eso es otra historia para otro día…


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